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Tecnología Control Perdida Agua

Detección de Fugas y Control de Pérdida de Agua

Las empresas de servicio no pueden seguir tolerando ineficiencias en los sistemas de distribución de agua y la resultante pérdida de ganancias asociada a las fugas subterráneas de los sistemas de agua. Incrementar el bombeo, los tratamientos y los costos operativos hace que estas pérdidas sean prohibitivas. Para combatir la pérdida de agua, muchas empresas se encuentran desarrollando métodos para detectar, localizar y corregir fugas.

Las tuberías antiguas y pobremente construidas, el inadecuado control de la corrosión, el mantenimiento pobre de válvulas y el daño mecánico son algunos de los factores con- tribuyentes a las fugas. Un efecto de la fuga de agua, aparte de la pérdida de los recursos de agua, es la reducción de la presión en los sistemas de abastecimiento. El elevar las presiones para compensar tales pérdidas incrementa el consumo de energía. Este aumento en presión empeora las fugas y tiene un impacto negativo sobre el medioambiente.

De las muchas opciones disponibles para la conservación del agua, la detección de fugas es un primer paso lógico. Sí la empresa de servicio hace lo que puede para conservar el agua, los consumidores tenderán a ser más cooperadores en otros programas de conservación, muchos de los cuales dependen de esfuerzos individuales. Un programa de detección de fugas puede ser altamente visible, animando a las personas a pensar acerca de la conservación del agua antes que se les pida tomar acción para reducir sus propios niveles de consumo de agua. La detección de agua es una oportunidad para mejorar servicios existentes para los consumidores y extender los servicios a la población no servida.

En general, 10 a 20 por ciento de aceptación de agua no contabilizada es normal. Pero una pérdida de más de 20 porciento requiere una atención primordial y acciones correctivas. Sin embargo, avances en la tecnología y experiencia pueden hacer posible una reducción de pérdidas y agua no contabilizada por debajo del 10 por ciento. Mientras que los porcentajes son buenos como guías de manejo, una medida más significativa es el volumen del agua perdida. Una vez que el volumen es conocido, los gastos de las pérdi- das pueden ser determinados y la rentabilidad de la implementación de acciones correctivas puede ser entonces determinada.